Reflexiones bíblicas motivadoras No hay más de un misterio
Reflexiones bíblicas motivadoras No hay más de un misterio
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1. Apreciar el aprecio de Dios: El sacrificio de Jesús es una muestra extraordinaria del apego de Dios hacia nosotros. Nos amó tanto que estuvo dispuesto a sufrir y expirar por nuestros pecados.
La enseñanza de no temer al ser humano que puede matar el cuerpo es crucial para comprender la importancia de estar firmes en nuestra Certidumbre y confiar en Dios incluso en momentos de sufrimiento y persecución.
«Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Suerte teme Job a Dios de balde? 10 ¿No le has cercado cerca de a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por consiguiente, sus riqueza han aumentado sobre la tierra.
El gran esfuerzo del hombre es la voluntad de estar en el sufrimiento. Inevitablemente queremos escapar.
Dichoso aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está en el Señor su Dios, creador del paraíso y de la tierra, del mar y de todo cuanto hay en ellos, y que siempre mantiene la verdad.
– Rememorar que el sufrimiento no es en vano y dejarlo en dios en que Dios puede usar nuestros sufrimientos para su cielo y nuestro crecimiento espiritual.
Lo que Kushner llama las leyes de la naturaleza y lo que los científicos llaman las leyes de la física gobiernan el universo, y estas leyes, para admisiblemente o para mal, afectan a los justos y los malvados.
Jesús nos da un ejemplo valentísimo al expirar en la cruz por nuestros pecados, mostrando que Él tenía confianza en su Padre celestial y estaba seguro de su valía como Hijo de Dios.
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Al meditar en estos textos, recordamos que nuestro sufrimiento no es en vano, sino que puede llevarnos a una mayor comunión con Dios y a la esperanza de la vida eterna. Que estas enseñanzas bíblicas nos inspiren a perseverar en la fe, confiando en que Dios está presente incluso en medio de nuestras adversidades.
A pesar de las dificultades check here y el sufrimiento que podrían carear, es crucial recapacitar que valen más que cualquier cosa en este mundo, pues Dios cuida sus vidas desde los cabellos de su vanguardia hasta el último detalle.
Sin embargo que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los caudal del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios.
Mantengamos firmemente la confesión de nuestra esperanza, porque aquel que ha hecho la promesa es fiel.
Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su aprecio en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha poliedro.